lunes, 6 de diciembre de 2010

París


Café Les deux Magots

París es una fiesta

El titulo de este texto lo tomo del libro de Ernest Henmigway, y así, narrar algo de mi estadía en Paris. Desde hace siglos, a París se le ha cantado, escrito y pintado; ha sido inspirador de novelas y canciones.

En una carta dirigida a un amigo, en el año 1950, Henmigway dice:” Si tienes la suerte de haber vivido en Paris cuando joven, luego Paris te acompañará, vaya donde vayas, todo el resto de tu vida, ya que Paris es una fiesta que nos sigue”.

Sus calles, cafés, creperías, bistros, braserias… nos cautivan y nos da la impresión que siempre se està celebrando algo. Es una ciudad para amarla y poseerla. Hay muchas maneras de enamorarse de ella; como sus restaurantes, cafés, sin embargo, ha sido dura con muchos artistas que han venido a producir sus obras, en la Ciudad Luz.

La ciudad ha sido un templo, donde llegan personas para entregar sus ofrendas con su creatividad; otros, vienen a conocerla y a tomarle fotografías como documento testimoniales de haber estado en ella.

Muchos artistas han dejado grandes obras en esta ciudad; llamada la Ciudad Luz, por su aporte a la cultura y, llamada así, por ser la primera ciudad alumbrada con faroles.

Los cafés han sido los lugares donde se han reunido los pintores, poetas, filósofos, algunos venidos de países lejanos. A principios del siglo XX, fueron sitios de reunión de, Picasso y Dora Maar, posiblemente, para hablar de la obra Guernica, la cual, era fotografiada por ella. En el café llamado Les Deux Magots, por los dos magos que se encuentran en el gran salón, esculturas que forman parte del decorado. En este sitio se daban cita, también, Jean Paul Sarte y su gran amor Simone de Beauvoir; tenían una mesa donde se sentaban regularmente para hablar de arte y filosofía. Estos lugares, son conocidos por las primeras citas de amor.

Hace un tiempo atrás había leído, que los cafés estaban perdiendo sus clientes, ya que no se podía fumar en su interior. Sentí una gran nostalgia.

Hoy, cuando me paseo por sus calles y callejuelas cargadas de historias y anécdotas, me doy cuenta que Paris es el arte, es la vanguardia y la filosofía…pero, sobre todo, son sus cafés, restaurantes y bistros que a cada esquina aparecen y pareciese que es todo el tiempo una fiesta. Es en estos espacios donde el francés y turistas ven a sus amigos, se hacen proyectos, se habla de arte, del último film y del libro publicado, y donde, Cupido esta listo con sus flechas…

Pero Paris es difícil y duro para quien quiere quedarse y hacer su obra o conseguir trabajo. Hay artistas, que han tenido que cantar y tocar un instrumento de música, como lo hizo el maestro Jesús Rafael Soto y muchos otros, para así, poder hacer sus obras y, al final, imponer su arte.

El tiempo ha pasado, hoy, veo a Paris con otros ojos; o es Paris que me ve a mi de otra manera .Hace cuatro décadas, que llegué a esta ciudad por primera vez, vine enamorado de ella; conocía sus calles, cafés, pintores, sus movimientos de vanguardia, sus poetas y pintores malditos: Modigliani, Soutine, Baudelaire y Rimbaud; el existencialismo y muchos otros movimientos. El tiempo ha pasado y sigo con el mismo amor…

Pero Paris, son también sus clochard que duermen en las calles y hoy, también, existen, que duermen en carpas o plena luna, eso es, también, Paris.

En el siglo 19 a muchos les molestaba las carrozas con sus caballos y sus excrementos. Hoy, hay otros cosas que molestan: las motos, bicicletas y pequeñas patinetas, que recorren sus calles y sus aceras, una manera de desplazarse y de ir más rápido, pero, aun así, Paris es Paris, con sus jardines, sus catedrales medievales y sus monumentos.

Es Montmartre y Montparrnasse; lugares de talleres y de encuentro de artistas y, desde el impresionismo al cubismo; de Paúl Cezanne, Picasso, Miro, Mondrian hasta Soto, Carlos Cruz Diez, hasta las ultimas tendencias del arte moderno. Paris ha sido fuente de inspiración de artistas como: Ezra Pound, Scout Fitzgerald, Henmigway, Willians Faulkner, y a mucho artistas latinoamericanos que han sido tocado por la magia de Paris.

Ernest Henmigway escribía sus obras en la Closerie des Lilas, o la Coupole cuando era pobre y vivía “de amor y de vino fresco”, aunque la pobreza era grande.
Porque muy bien lo dice su libro: “Paris es una fiesta”, es más podríamos decir: que fue, es y será una ciudad para vivirla y amarla y siempre será así, yo viví durante 17 años
y por ahora, pasaré varias semanas, con mis hijas, mi nieta y mis amigos…y la fiesta continua … te amo, Paris.

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